Una dieta adecuada ayuda a aliviar el intestino irritable

Alrededor de un cuarto de los chilenos ha sufrido del síndrome de colon irritable, una de las molestias más frecuentes asociadas a la vida moderna en países desarrollados.  

CRISTIÁN M. GONZÁLEZ S. 

A falta de primeros lugares en disciplinas deportivas o artísticas, el estómago de los chilenos le da al país varios títulos mundiales: según el Mapa de Desórdenes y Enfermedades Digestivas, elaborado por la Organización Mundial de Gastroenterología en 2008, Chile tiene una de las tasas más altas de patología digestiva en el planeta.

Junto al cáncer colorrectal, reflujo gastroesofágico o infección por Helicobacter pylori, es el síndrome de intestino irritable -antes conocido como "colon irritable"-, uno de los malestares que colabora a que el país ocupe ese sitial.

"Es la primera causa de consulta gastroenterológica y también en medicina general. El 60% de la población sufre algún tipo de molestia abdominal, según un estudio que aún no publicamos", precisa la doctora Ana María Madrid, jefa del Laboratorio de Enfermedades Funcionales Digestivas del Hospital Clínico Universidad de Chile.

En otra investigación realizada por la doctora Madrid en Santiago, se concluyó que la cantidad de capitalinos que sufren de intestino irritable bordea el 25%. A nivel mundial, la prevalencia promedio es 15%.

Complemento

En ellos, el malestar abdominal, diarrea o estitiquez son los síntomas más frecuentes de un problema que afecta sobre todo al sexo femenino. "Es más frecuente en las mujeres: por cada tres casos, hay uno en hombres", agrega el doctor Rodrigo Valderrama, gastroenterólogo de Clínica Alemana.

Lo anterior responde a factores hormonales y culturales, como el hecho que suelen inhibir con mayor frecuencia su deseo de ir al baño, favoreciendo el estreñimiento.

Asimismo, la dieta, cada vez menos rica en fibras y en líquidos, contribuye a acentuar las molestias.

Por ello, la American Dietetic Association dio a conocer esta semana una serie de recomendaciones nutricionales para aliviar los síntomas del intestino irritable, las que incluyen crear un horario de comidas, masticar bien y lento cada alimento antes de ingerirlo y consumir harta fruta y verdura (ver recuadro).

"La dieta contribuye en la medida en que lo que comemos produzca menos distensión abdominal, por ejemplo", dice la doctora Madrid. De allí que sea importante identificar cuál es la flora bacteriana de cada paciente para orientar respecto a qué puede comer y qué debe evitar.

Algo que no siempre se consigue, ya que se estima que apenas el 40% de las personas con intestino irritable consulta al médico.

"Hay alimentos que producen más molestias, como las legumbres, coles (brócoli, alcachofa, coliflor, repollo); algunas frutas como sandía y melón; algunos productos irritantes, como el café; así como el chocolate o las bebidas gaseosas -que tienen un alto consumo entre los chilenos-", agrega el doctor Valderrama.

Asimismo, el buen manejo y preparación de los alimentos es fundamental, ya que en el país se dan muchos casos de síndrome de intestino irritable como consecuencia de cuadros infecciosos asociados a gastroenteritis, cuenta la doctora Madrid.

Los especialistas enfatizan que en la mayoría de los casos no bastan las medidas dietéticas por sí solas, sino que éstas se deben complementar con fármacos, dentro de un tratamiento más completo, que incluye también el manejo del estrés o estados depresivos, por ejemplo, que influyen en la aparición o agravamiento de las molestias.

25% de los santiaguinos sufre de intestino irritable. A nivel mundial, la cifra es de 15% en promedio.

40% de las personas con síndrome de intestino irritable consulta al médico para pedir ayuda.

Consejos dietéticos

- Coma pequeñas cantidades de alimento al día, pero sin incrementar el consumo de calorías.

- Incluya alimentos ricos en fibra (cinco porciones de frutas y vegetales al día).

- Aumente el consumo de pescado (en lo posible, tres veces a la semana).

- Reduzca el consumo de alimentos altos en grasas.

- Prefiera carnes con bajo contenido graso (pollo, pavo).

- Aumente el consumo de agua (2 litros por día), y evite el café, las bebidas gaseosas y el alcohol.

- Coma con calma y masticando bien cada alimento.

- Consuma productos lácteos fermentados (probióticos).

- Practique ejercicio y evite el tabaco.

- Mantenga un peso adecuado.

Publicado el 30/12/10
Fuente: El Mercurio


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